insomnio

me despiertas
a las tres

a las cuatro
susurras una dulce promesa
en mi oído despistado

despeinada y en puntas de pie
voy por ti a eso de las cinco.

bailamos un tango sinsentido
sin compas
sin gracia.

cuando menos lo espero
estás ahí...
luchando contra mí misma
intentando amordazarme.

eres parte de todas esas horas
donde me desvanezco
de este patético
mundo.

como el deseo frustrado
por la vida cotidiana

una gota de agua
chorreando obscenamente
por el desagüe

el perro idiota
que le ladra a un gato
imaginario

el recuerdo de un amor
malogrado.
.
.
.

te vas
cuando
más
te necesito...

en esas horas de labores matinales;
entre las tostadas
y el café que se enfría

mi mirada se escapa
por la ventana.


buscándote
en vano...





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