zzzz

hace varios años, estuve parando en un hostal en Praga. un gran gimnasio con muchas literas (cuchetas). muy soviético. tal vez 150 personas compartiendo la "habitación."  a media noche entró un personaje peculiar. era enorme. pisadas pesadas y cansadas, traía un bolso colgado del hombro, como de esos militares. se acostó a unas camas mías. no tan cerca. yo miraba su silueta mientras escuchaba the cure en mi reproductor de cd/mp3. se acostó con sonoridad y en menos de dos minutos comenzó a roncar. los ronquidos se escuchaban a través de la música, cambié de género, me fui hasta la z de zeba y subí el volumen. no conseguí taparlo. nunca escuché un ronquido similar!

sus graznidos cimbraban el lugar, la gente comenzó a reírse nerviosa, después de varios minutos más empezaron los "shusheos," luego las mentadas de madre, los gritos. no sé si lo estoy inventando o si lo soñé, pero podría jurar que un canadiense se levantó a patearle la cama! pasaron tres cuartos de hora hasta que  finalmente alguien se levantó y fue por el encargado... ruidos de pisadas nerviosas, puertas, pisadas de vuelta, alguien encendió la luz. la brillantez de la luz blanca de los tubos neón nos descubrió a todos despiertos. corrijo: casi todos... el viejo seguía roncando. el encargado lo zamarreó y le dijo: sorry pop, you have to leave.

como salido de un trance, el gigante volvió de su letargo, se rodó en su gran panza, puso dos botas negras pesadas en el piso, se abotonó el cinturón de oro, se calzó el saco de terciopelo rojo y, con la barba y los pelos siempre despeinados, tomó el gorro y el saco que cascabeleaba y volvió por donde vino.

a la mañana siguiente, nadie había recibido un regalo

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