one more dawn... one day more
Abro los ojos
enjuago mis labios
con saliva ácida,
fue un sueño
otro sueño
y respiro
medio alivio
medio cortado…
Fue un sueño
el mismo sueño
cada noche,
la misma incertidumbre
y el corazón
emparedado
por la sensación
de angustia
en mis costillas.
Eloisa no está
descuelgo el teléfono
el ruido sigue
constante
parece como si
se la hubiera
tragado la tierra,
justo cuando
más la necesito.
Pasan los días
me quito las lagañas
entre propias
mentadas de madre
¿Cuándo esta pendeja
dejará de aparecer
en mis sueños?
Acerco la mano
a mi garganta
y descanso al saberla
intacta.
Terminaré
por resignarme
a que la hayas defendido
pisoteando mis emociones
sin querer entender
que para mí
el abrirle tu casa
en ese exacto momento
me cerró tu corazón.
Como bien dices:
‘Ya no está,
deja en paz el tema
me tienes harto…
hasta
la
madre.’
¿Y si vuelve?
Como en mis sueños.
Una y otra
y otra
y otra
y otra
vez.
Hasta ahogarme,
quitarme el aliento
y hacerme despertar.
No me resigno,
lo entiendo a medias,
sigo teniendo
estas chaquetas pesadillas.
He intentado todo:
encender la TV
y el llanto incontrolable,
dormitar con música al oído
meditación y velas,
leer un libro saltándome las hojas…
rezo con los ojos cerrados.
Y Eloisa no contesta.
mi corazón se
está pudriendo
y mi enfermo cerebro
no consigue descanso.
Necesito sacarla
de mi sistema
dejar de odiar su sombra,
volver a dormir
sin fantasmas
familiares,
presencia extranjera que
no está más;
ya no es asunto.
Sin pero…
Alguien que vino
nadie especial –eso dijeron.
se incrustó
cual microbio
entre la almohada
y mi esternón.
Lo más extenuante
es que ahora
ya no quiero escribir de ti
ni verte
ni tocarte
y mucho menos despertar
a tu lado
cada mañana
sintiéndome
seca
impotente
sola…
una y
otra
y otra
vez...
una y otra y otra y
otra
y
otra y
otra
y otra...
otra vez.
enjuago mis labios
con saliva ácida,
fue un sueño
otro sueño
y respiro
medio alivio
medio cortado…
Fue un sueño
el mismo sueño
cada noche,
la misma incertidumbre
y el corazón
emparedado
por la sensación
de angustia
en mis costillas.
Eloisa no está
descuelgo el teléfono
el ruido sigue
constante
parece como si
se la hubiera
tragado la tierra,
justo cuando
más la necesito.
Pasan los días
me quito las lagañas
entre propias
mentadas de madre
¿Cuándo esta pendeja
dejará de aparecer
en mis sueños?
Acerco la mano
a mi garganta
y descanso al saberla
intacta.
Terminaré
por resignarme
a que la hayas defendido
pisoteando mis emociones
sin querer entender
que para mí
el abrirle tu casa
en ese exacto momento
me cerró tu corazón.
Como bien dices:
‘Ya no está,
deja en paz el tema
me tienes harto…
hasta
la
madre.’
¿Y si vuelve?
Como en mis sueños.
Una y otra
y otra
y otra
y otra
vez.
Hasta ahogarme,
quitarme el aliento
y hacerme despertar.
No me resigno,
lo entiendo a medias,
sigo teniendo
estas chaquetas pesadillas.
He intentado todo:
encender la TV
y el llanto incontrolable,
dormitar con música al oído
meditación y velas,
leer un libro saltándome las hojas…
rezo con los ojos cerrados.
Y Eloisa no contesta.
mi corazón se
está pudriendo
y mi enfermo cerebro
no consigue descanso.
Necesito sacarla
de mi sistema
dejar de odiar su sombra,
volver a dormir
sin fantasmas
familiares,
presencia extranjera que
no está más;
ya no es asunto.
Sin pero…
Alguien que vino
nadie especial –eso dijeron.
se incrustó
cual microbio
entre la almohada
y mi esternón.
Lo más extenuante
es que ahora
ya no quiero escribir de ti
ni verte
ni tocarte
y mucho menos despertar
a tu lado
cada mañana
sintiéndome
seca
impotente
sola…
una y
otra
y otra
vez...
(el amor no existe
es solo un fantasma
que correteamos
en el exterior
y que nos jode
al interior)
es solo un fantasma
que correteamos
en el exterior
y que nos jode
al interior)
una y otra y otra y
otra
y
otra y
otra
y otra...
otra vez.
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