a la orilla del mundo

Vengo a tu casa
orilla del mundo
refugio exclusivo
del naufragado amor.

Inútilmente
enciendo el fuego
pies helados
y tiritar dental.

A lo lejos se escucha
un carpintero
algunos gorriones
se escuchan
ardillas
la madera se hincha...

se escuchan
gritos
civilización tiempo atrás
mundo que cambio
por verde soledad.

Duermes
desde hace seis años
y duermes,
tus manos respiran mi vientre
duermes...

Abro los ojos
desde el exilio
algo me sigue los pasos
a través del bosque.

Al voltear descubro
el ansia
es celosa
de mi soledad.

En este destierro
se sigue olvidando
el tiempo presente,
se manifiesta el miedo
por recordar
seis años atrás

Cavar
bajo la tierra
con los dedos
llenos de cal
nitrato de sodio
gusanos...

Se escuchan
risas de un mundo mejor
acalladas
por el encender inclemente
de un motor.

Das un giro
estremeciéndote
y sonríes...

Se escucha nada
luego los carpinteros
al compás de un exaltado
corazón
y un par de ardillas plateadas.

Al interior
de esta cabaña
doble altura en los techos
exceso de chimeneas

el inventario correcto:
metal, alcohol,
un tanque de gas
y fijador en aerosol.

Una sierra corta la madera
el bosque sufre
y los carpinteros
se van.

Volar como ellos
siguiendo sus reglas,
cagar el bosque
volver a respirar.

Los vidrios
se estremecen
por esta soledad
e incendio mi mano.

Respira hondo
siente el humo
nublando la atmósfera
seco el cerebro,
los ojos
y el paladar.

Pasan segundos
transcurren las horas
¿seguirás dormido?
¿porqué no te puedo despertar
en mi?

Seis años lejos
el destino te trajo
de regreso
y bien... aquí estoy

con mi pluma,
mi cuaderno
de notas
y el caparazón.

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