Amanece en Buenos Aires
y yo camino
sola por la madrugada
chilanga
que congela los recuerdos.

Tantos rostros
tantos labios
universal y único
es el humor humano.

Nada sabe a tu recuerdo
Paso las noches
recordando ese
invierno porteño
a vos,
que hace tantos
meses me olvidas
y yo como una pelotuda…
te revivo... te recuerdo
vuelvo a amarte
y te vuelvo a olvidar.

Y cada noche
en esta caótica
y mexicana ciudad
me reinvento...
siempre... siempre...
pensando en vos

Las cortinas y los espejos
de este lúgubre lugar
me dan la sensación risible
de no estar ahí.

Cuando hace tanto frío
como hoy
a veces
también
lloro en silencio.

Espérame... al modelo
nuevo del mismo concepto
che... espérame...
no te olvides
pronto estaré cerca
para dejar de escribir
pelotudeces cursis y sin
sentido.
Salir de la oscuridad
que huele a neón,
nicotina y humedad.

Mejor decírtelas
de frente
con la misma
casa de idiota
que puse
cuando te conocí.

En seis tarjetas al
reverso...
escribo,
en un putero
a media luz
de una prófuga linterna,
diviso a las chicas
divirtiéndose
medio vacías
con pibes vacíos,
de ropa
y emoción...

y yo
me lleno de vos;
del eco de tus letras,
fugaces palabras
diálogos truncados
de tu recuerdo

Ya te miras borroso
no distingo el fondo
de tus ojos negros,
la mente
me la juega pesada
y lo único que siempre
siempre permanece...
es el olvido.

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