Catharsis

No es
huir de una ciudad peligrosa
esperando vivir
dentro de una burbuja de cristal.

No es
darle
extrema atención
a lo material.

No es
vivir atemorizada
por lo que se lee en los diarios,
o se escucha en la tele.

No es
un tema utópico
sobre justicia,
el sistema capitalista
asqueroso
donde vivimos,
o la situación extrema
de pobres
y vagos.

Es sólo
una sensación de
impotencia.

Son ganas
de no salir,
de no esperar
más de la gente,
abandonar el mundo
a su miseria,
que se pudran los que
no puedan salir del fango.

No es
pensar que
hay días de mala suerte.

No es
Desconfiar
De tu sombra.

Tampoco son
ganas
de matar
al hijo de puta
que te roba,
te asalta,
te viola,
te mata.

Porque tu mierdera
existencia
te importa
algo,
y ese algo
no te da para
andar matando
a todos los imbéciles
que creen
que por no tener nada
pueden quitarte lo tuyo.

No son ganas
de salir a manifestarse
caminar como zombie
de punto A hacia el infinito.

No es
un motivo
para llamar a la revolución.

Es sólo
que después de tantas veces
ya ni ganas de llorar te dan.

Y sólo esperas,
que la próxima vez
tal vez…
y sólo tal vez…
te importe tan poco
como para seguir adelante.

O tal vez no…

Y en cambio,
vives tu vida
de autómata.

Dependiendo
de la compañía ajena.

De alguien más,
de la unidad,
de la luz del sol
y la seguridad policial.

Tus opciones
son tan reducidas
que el día
en que alguien
te roba,
te asalta,
te pega un tiro a la primera de cambios…

Ese día,
deberías haberte quedado
en casa
contemplando el jardín,
meditando sobre tu falta
de dominio propio,
sobre el asco que te daría trabajar,
y lo poco que valen tus cosas
y lo poco que vales tú.

Pero el hubiera no existe
y en cambio,
la necesidad
de salir
a trabajar
usando un reloj,
un celular,
una cartera…
eso existe.

Existes tú
y existe el otro
que no trabaja,
que es un inútil
que vale nada.

Y para colmo
te roba,
te asusta
y reduce la esfera
de tu tan preciada
libertad.

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