Gaspar Echeverría
"Por encima del
edificio de la estación, el cielo se colorea de naranja y ahora anochece con
rapidez." Gaspar mira la luz que lo abandona y suspira, resignado. Con una
elegancia que viene de otra época, antes de la guerra, se inclina para tomar el
viejo maletín de su padre, la piel de la manija está curtida de tanto viajar de
granja en granja. Hubo una época en la que servía para transportar instrumentos
que salvaban la vida de animales de todo tipo. Esos tiempos han quedado atrás,
la vida parece haberse detenido, por lo menos en esta parte del mundo, donde
todo se muere muy pronto, incluso el sol.
Se acerca el tren, Gaspar aprieta el maletín y se acomoda la
corbata, es tiempo de seguir huyendo. Cierra los ojos y aparecen por detrás de
sus párpados las mañanas en la granja, donde todo está tranquilo, donde el sol
se toma su tiempo para salir y para esconderse. No todo está perdido.
Comentarios
Saludos al primo Gaspar.