corto circuito visceral





Te lo advertí;
mis versos
te iban a causar mareo,
pero fueron más fuertes que eso,
se me tornaron verdades
que no supe manejar
y no quisiste digerir.

Ahora,
estos versos
no son más
que líneas rotas
acalladas
por tus miserables
súplicas.

Guardo silencio
y oculto esta pluma
para una mejor ocasión;
donde se apueste
en serio y
con ganas de no regar tinta.

Silencio
dentro del infinito
redoble de mi coraza,
sólo se escucha
sonido líquido
como de mar
embravecido
o tal vez no.

Mis versos
te han provocado malestar
y huyes.
Yo
que me las gasto
siempre huyendo…
Yo permanezco
aunque tus palabras
me provoquen náuseas,
increíble deseo
de vomitarte los pies.

Serán recogidos,
estos fragmentos
sentimentales
de un suelo empedrado.

Un hombre
de madrugada
corre diariamente
veinte kilómetros;
Hoy ha llegado temprano…
sin ganas
sólo porque es su deber.
Se pone las botas,
toma una cubeta
con agua
y la rocía sobre
los restos de una pésima velada.

No hay que mezclar
el whiskey,
la cerveza
y el dolor.

En el charco
de bilis verdosa
flotarán
remanentes de maíz
y un llanto contenido.

Poco aconsejable es juntar
los sentimientos
de un triste poeta
con una tarde de calor.

Evítome terminar
con corto-circuito visceral
provocado por desprecio
sin fundamentos,
incoherente,
inmaduro,
inconsciente
y maricón.

Así de mala
es la combinación
cuando uno duerme
y el otro hace el amor…
o cuando uno
se aleja
mientras el otro
guacarea
a solas
y el mar embravecido
o tal vez no.

Whiskey y soda
cuando
el hielo se evapora…
noche sin frío
sin ti
con un río blancuzco
difuminando
los trazos
de mi última canción.

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