Alfonso Armada (fragmento)



En la radio alguien canta en otro idioma:
melodías de barco de vapor.
Pero nadie tararea, nadie baila.
El tiempo corre en zig-zag
y luego se queda desmadejado
como un muñeco en una esquina.


Después la cama estará fría,
y me quedaré pensando
escuchando las melenas de lluvia
contra el patio,
los últimos grifos,
una sombra que no entiendo
susurros
y los sueños empiezan a correr como arañas.
Un gran esqueleto de ballena
y nosotros jugando al escondite.
Xilofón de risa y viento.
El relojero agachado sobre su mapa del tiempo,
el zapatero golpeando contra una goma insensible,
el tranviario que no sabe que me lleva al paraíso.
Y una mentira,
una moneda que ha perdido la efigie
y la luz que me toca el pecho como si fuera mi madre.
Si brilla una estrella
me la meteré en la boca,
ahora que todavía no sé decir lo que siento
y la culpa es polvillo de mariposa,
la sombra de una torre
que tronza mi tranvía.

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