diálogos efímeros VI

- que descanses.
- duermes bien.
- me saludas al perro.
- ¡ya vete!
- Jajajajaja.
- bueno, el perro dice que estás llena de odio.
- él también, que no mame.
- jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
- que se vea en un espejo.
- ya pendeja, me estoy cagando de la risa.
- ¡¡yo mas!!
- bueno ya.
- ahora si.
- ciao.
- deja de reírte, recuerda que el que se ríe a solas está loco.
- pero no estamos solas.
- ¡ya! Que me asusto… estúpida.
- ¡no asna! O sea, tú y yo, que estamos juntas.
- ya entiendo; tú y yo.
- si, y la cosa que está detrás de ti.
- Y sí volteé, ¡y me cago de miedo!
- Jajajajaja.
- Pendeja... tú vives en un ático, y debajo de tu cama hay tentáculos verdes.
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Yo también volteé!!!!!!!!!!!!
- Venganza.
- Pero en la tuya hay testículos.
- ¡Qué cerda! Jajajaja, guácala.
- Me duele la panza.
- Nos perdimos hace ya mucho rato.
- Ya vete a dormir... con tus testículos de felpa.
- No me había reído tanto hace años. ¡Felpa!
- Es que hace años no estábamos en sintonía.
- La felpa es padrísima.
- Si carajo.
- Estamos padrísimas.
- Y locas.
- Y llenas de odio.
- Ahora si ya me voy.
- Bueno, está bien.
- Gracias.
- Dáselas mejor al testículo de felpa mañana por la mañana.

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