hasta oxidarme

Cuando te vayas romperás mi corazón,
o peor aún;
te lo llevarás empacado en formol.

Cuando te vayas,
estarás tan inconcebiblemente lejos
que me será difícil respirar tu mismo aire
y tendré que asfixiarme
en el vacío que han dejado tus ojos.

El día que no estés
sabré que me lo he ganado a pulso…
porque desde ahora
ya sé que no estarás.

Y te voy a extrañar.

Sabré... lo hago,
te extraño
desde el día de ayer.

Mientras tanto
quiero quererte,
olfatear poros de tu cuerpo
y seguir a tu lado.

Porque cuando ya no estés,
no habrá lado cálido /frío balanceado/
ni cama compartida /sábanas sin arrugas/
ni una mano que me sostenga /fin de la sonrisa perpetua/
.

Cuando te vayas ya no estarás
ni estará mi corazón;
se me pierde el pulso…

Ya lo sé
encestado en formol,
de verdad que ya lo sé.

Recreo que me conozco bien.

Me gusta jugarlo,
perderlo siempre
saber decir “no”
mas escribir siempre “si”
y dejarte de extrañar desde hoy mismo.

Imposible.

Invariablemente digo “si”.

Esperando algún día camibar de suerte /de piel/
sólo por ganarme una partida
y escupirle cianuro al destino…

Permanece a mi lado
para dejar de escribir lindos versos
-estas mamadas-
sobre tu ausencia
cuando aún te respiro cerca.

Te irás a costa
de enormes sacrificios
emocionales;
corazón
y roto bolsillo.

Tu partida me costará
-más que el monedero-
un dolor punzante en el esternón,
comienza a despertar /flor invernal/
espinas clavadas en mi alfiletero emocional
como las primeras nubes de una tormenta;
huracán intestinal.

Un dolor del carajo
que no se va,
necio como mosco de laguna sin mar,
será lo suficientemente fuerte
para no matarme,
mantenerme viva,
muerta en vida,
sonámbula,
deambulando por las sombras,
tomándole la mano a tu recuerdo…
¡maldito recordatorio!
y fantasma de ti.

El día que te vayas
recordaré esta noche;
estupidez reprochada
de haber sentenciado un “si”,
estándome expectante
al día en que me digas “adiós”
y yo pueda decir mi tan trillada frase:
El adiós es una cosa seria… y yo no soy una persona seria.
¿era así?
¿de dónde mierdas me la robé?

Ya ni recuerdo cómo va la frase,
en escribirla se me olvida su significado,
son sólo cadenas de letras que te siguen
amarrándose a tus tobillos
suplicando que te quedes.

Frase
Palabras
l e t r a s c o n s e c u t i v a s
tantas veces repetidas
se han desgastado como las monedas
de mano en mano,
despedida en despedida;
desdichas
no suenan.

Quisiera que la tuya fuera la última
moneda,
mano,
desbandada…
y que con tu adiós
te llevarás mis ganas de seguir despertando,
mantenerme en pie,
vaciar pulmones en un llanto final.

Cuando te vayas
desearía irme contigo
o sin ti,
pero no quedarme
a suspirar el alma,
invertidamente
hasta oxidarme.









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